top of page

Septiembre 2011

AMANECER DE LOS MUERTOS

George A. Romero sentó un precedente en el cine de terror con La noche de los muertos vivientes (1968). Más tarde le seguiría Zombi (1978), que tuvo un gran éxito en Estados Unidos y Europa, y fue la elegida para el remake en el 2004, titulada en España como Amanecer de los muertos. Su director fue Zack Snyder, por aquel entonces un novato pero ahora mismo muy reconocido tanto a nivel de taquilla como de crítica. Uno de los mejores momentos lo encontramos ya en el inicio de la película. El personaje en vez de despertarse tranquilamente, desayunar, e ir al trabajo, escapa por los pelos del horror en su propio dormitorio. Un instante después, en vez de ver a sus vecinos en bata recogiendo el periódico, se los encuentra siendo devorados en los jardines frente a su casa, siendo perseguidos, o incluso atropellados por otros que intentan huir.

Sin querer desmerecer a la original, el maquillaje y efectos están más cuidados que con Romero. La apariencia general de los muertos no se limita a la palidez que podíamos observar en Zombi. El número de resucitados que llegan a aparecer al mismo tiempo, y el detalle con el que se da una apariencia diferente a cada uno, hace pensar sobre cuanto tiempo y enorme trabajo se habrá dedicado a cuidar este aspecto, llegando a conseguir un increíble realismo. También destaca la forma en que se puede observar con todo detalle la acción gracias al uso de los planos (un ejemplo son las tomas desde arriba en las explosiones o persecuciones).

La gran diferencia de la original es la rapidez y violencia de movimientos que realizan los zombies. En vez de andar titubeantes y ausentes, se muestran como locos rabiosos con rostros desencajados, dando pie a unas escenas de acción vertiginosas que descargan adrenalina, y que sin duda atraparán al espectador. La atmósfera conseguida es excelente y hay escenas realmente escalofriantes. El único fallo es que, a pesar del buen trabajo de los actores, no se llega a alcanzar verdadera empatía con los protagonistas, en cuya personalidad apenas se profundiza. Por ejemplo la fuerte presencia de un actor como Ving Rhames está totalmente desaprovechada en un personaje que, aunque correcto, no muestra demasiado. Sin embargo, todo esto es fácilmente perdonable por el resultado general del que fue el primer y excelente trabajo de Snyder.

Snyder es un perfeccionista que no descuida ningún detalle. Ha demostrado su genio varias veces realizando una labor admirable, sobre todo a nivel visual, en filmes como 300 (basada en el cómic de Frank Miller) o Sucker Punch. También logró condensar una de las creaciones más complejas de la historieta, Watchmen (tebeo cuyo guión procede de uno los más brillantes guionistas como es Alan Moore) y dar a luz una película comprensible y bastante fiel a la obra original.

bottom of page