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Mayo 2016

THE PUNISHER

The Punisher, también conocido a veces en España como El Castigador o su nombre real, Frank Castle, fue creado por Gerry Conway (responsable de etapas como la muerte de Gwen Stacy en The Amazing Spiderman). Recientemente ha recobrado gran popularidad por su aparición como personaje principal en la segunda temporada de la serie para televisión Daredevil.

 

Castle es el antihéroe por excelencia de Marvel, el lado oscuro frente a superhéroes como Spidey o el Capitán América. Un ex marine que, al volver de la guerra, perdió a su mujer e hijos a manos de unos mafiosos. Castle tuvo una epifanía, vio que la guerra no había acabado, que los peligros seguían acechando en las calles y decidió poner en práctica lo que aprendió como soldado, poniendo una bala entre ceja y ceja de cada criminal que fuera encontrando. Este personaje se repite a lo largo del tiempo: Eastwood como Harry el sucio, el juez Dredd, Rorschach en  Watchmen, El justiciero de la ciudad interpretado por Charles Bronson. Más que antihéroes habría que hablar de la categoría de vigilantes que al tomarse la justicia por su mano, y como bien diría Dredd, son juez, jurado y verdugo.

Su atractivo radica en su dureza, mientras que el resto de héroes manifiestan ciertas dudas y angustias existenciales (como Spiderman que a veces llega a pecar de pusilánime) el lector encuentra seguridad en los justicieros, duros como la piedra, incorruptibles, infatigables y casi infalibles. Permitiéndome cierto análisis freudiano la sociedad busca cierto sustituto de la figura paterna en ellos, la inseguridad que experimenta el individuo ante una sociedad inútil e incapaz de proteger a sus ciudadanos, provoca que éste encuentre refugio en el vigilante, alguien que sea capaz de llevar a cabo la tarea y con las agallas necesarias para acometerla.

 

El éxito de El Castigador fue adentrarse en terrenos que pocas veces pisaban otros seres de Marvel, un territorio de yonquis, mafiosos, asesinos en serie, guerras de bandas. Todo desde una perspectiva realista, que a veces resulta más excitante que las andanzas de los superhéroes. Un necesario contrapunto ante tanta malla de colores y calzoncillos por fuera. El mundo de Frank Castle es el olor de la cordita, el sonido de huesos partiéndose, de balas y cuchillos atravesando carne.

Su primera aparición fue en los años 70, como invitado especial en la serie de Spiderman. Se notaba que aún persistía un código de cómics para lectores jóvenes, ya que Punisher en alguna de sus primeras apariciones sólo incapacitaba con balas de goma a los secuaces del gánster y en el momento de eliminar al jefe, éste moría por accidente. Aún llevaría un tiempo para poder mostrarle en toda su esencia y, al igual que el trepamuros, acabaría teniendo su propia colección.

 

También ha tenido su evolución: en sus comienzos era aún un diamante por pulir, todo dureza y con un comportamiento absolutamente maníaco, poco a poco iría suavizándose, adquiriendo tintes de John McClane (Jungla de Cristal) con tiempo para bromas y contacto humano. En los últimos tiempos alcanzó su climax con la colección Max de Marvel (donde se exploraban versiones más realistas de los personajes). Punisher Max mostraba a Frank Castle en su edad real (unos 60 años, lógico ya que es un veterano de la guerra de Vietnam) y más viejo sí, pero más aterrador,  mortifero y con más mala leche que nunca. Con viñetas que evidenciaban un claro homenaje a Clint Eastwood. La primera etapa de esta colección es una maravilla, guionizado por Garth Ennis y dibujada por Leandro Fernández, ambos en estado de gracia. Algo inaudito en el caso de Ennis, ya que suele ser un guionista bastante limitado, obsesionado con ciertos temas que repite hasta la saciedad y acaba resultando cansino.

De hecho a la mitad de dicha colección Ennis volvió a sus viejos hábitos y esto, junto con la salida del dibujante (de gran talento y cuyo estilo era perfecto para The Punisher) provocó una bajada de calidad casi inmediata. Pero esto no quita que su primera etapa sea de lo mejor que he leído y muy recomendable.

La primera, de 1989, fue protagonizada por Dolph Lundgren (el cual teñido de moreno era la viva imagen de Frank Castle). El filme, aunque ha perdido con el tiempo, para la época estaba bastante bien conseguido, lograba captar la esencia del personaje. Buenas escenas de acción, trama y actores. Bastante recomendable, sobre todo para los amantes del cine ochentero.
Adaptaciones cinematográficas

La segunda adaptación del 2004, con un Thomas Jane que no acababa de convencer, fue una auténtica aberración, aburrida, pesada e insulsa, con villanos estúpidos. El guión bebía sobre todo de Garth Ennis pero no de su trabajo en Max, sino de una desafortunada incursión que hizo en la serie regular y que daba verguenza ajena con personajes como "El Ruso".

 

Punisher: War zone del 2008, pasó totalmente desapercibida, de hecho no llegó a la gran pantalla en España, probablemente por la escasa recaudación al estrenarla en navidades, una fecha donde priman más los megaestrenos o las películas familiares. El resultado es notable dentro del cine de acción, con una trama y personajes aceptables que sirven para sostener unas escenas salvajes y llenas de adrenalina. Lo mejor es la atmósfera insana que se respira (con clara inspiración en la serie Max) y comentar la buena elección de Ray Stevenson (conocido sobre todo por su papel de Tito Pullo en la serie Roma) como protagonista.

 

 

 

Respecto a las adaptaciones a videojuego una de las primeras fue para Game Boy, que se centraba en el típico tiro al blanco, luego llegó su paso a máquina recreativa (con posterior lanzamiento de la misma versión para Mega Drive) que era una gozada, claramente inspirado en clásicos como Double Dragon, Street Fighter o Golden Axe. Aquí The Punisher formaba equipo con Nick Furia, lo que permitía jugar a dobles.

Un justiciero en pixel

Versión para PC

 

La última adaptación salió para PC, Playstation 2 y Xbox (compatible con la 360). Un shooter en tercera persona, le doy un sobresaliente, para los fans del Castigador resulta una gozada poder manejarle de una manera tan realista. Ojo, estoy hablando desde la perspectiva de cuando salió el juego (en el 2005) ahora obviamente ha quedado algo/bastante obsoleto si lo comparamos con las actuales tecnologías. Acceso a todo tipo de armas, buena jugabilidad (dentro de su simple manejo), tremendamente divertido y cuyo principal atractivo reside en la variedad de muertes y la posibilidad de interrogar/torturar a los matones.

Y para finalizar me gustaría acabar con una cita, de una de las aventuras finales de Castle:

 

“Convirtieron el mundo en un lugar horrible. Dirigían las grandes industrias que envenenaban el aire. Sus negocios convirtieron en esclavos a países enteros. El dinero que sacaban podría haber alimentado y sanado a la población mundial dos veces pero lo único que se les ocurrió hacer con él fue amasarlo. Convirtieron a presidentes en marionetas y empezaron guerras por dinero Al final llegaron a creer que no había nada que no pudieran hacer. Y así un día, inevitablemente.... llegaron demasiado lejos”.  Punisher -El fin-

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