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Enero 2017

LA AUTOPSIA DE JANE DOE

En un pequeño pueblo aparecen todos los miembros de una familia asesinados en su propio hogar, pero la principal intriga es sobre el cadáver de una joven que se encuentra en el sótano. Una chica desconocida, de ahí el nombre de Jane Doe, que se da en inglés a los cadáveres no identificados (para hombre John Doe,  y en España sería Juan Nadie). A partir de ahí se inicia una investigación sobre su muerte donde dos forenses, padre e hijo, irán descubriendo todos los horrores que oculta el cuerpo de la joven.

La Autopsia de Jane Doe empieza como un thriller y va derivando hacia el terror y lo sobrenatural, con dos excelentes actores, el joven Emile Hirsch y el veterano Brian Cox. Ambos interpretan a la pareja de forenses, que al realizar la autopsia se verán envueltos en una auténtica pesadilla. El filme recuerda, salvando distancias, a El Exorcista de 1973, por ese microcosmos de espanto y maldad en un espacio reducido, todo centrado en unos pocos personajes enfrentados a algo que les supera. La propia chica que encarna a la fallecida, resulta una presencia sumamente perturbadora, gracias al hábil trabajo del director, que logra eclipsar en ciertos momentos a los protagonistas, como ya hiciera el cadáver de Laura Palmer en Twin Peaks.  

A pesar de que el director, André Øvredal, todavía no tiene una carrera muy prolífica, demuestra un control total del ritmo, narrativa, planos y música, logrando envolver por completo al espectador y hacerle sentir dentro de la funeraria, olvidando que está en la butaca del cine.  Tiene previsto su estreno en España el 13 de enero.

Advertir que no es una película apta para estómagos sensibles, tiene escenas y momentos bastante duros que pueden llegar a revolver el estómago a más de uno. En definitiva: una delicia tan cruda como fascinante, muy recomendable para los amantes del horror y que destaca muy por encima de la media.

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