Diciembre 2016
HE JUGADO CON LOBOS
El libro está basado en el caso más famoso en España de niño “salvaje”, que vivió prácticamente solo en el bosque durante más de diez años, recordando al protagonista Mowgli de El Libro de la Selva, con la diferencia de que éste es un hecho real. El escritor Gabriel Janer Manilla, decidió en 1975 encontrar a ese niño, a Marcos Rodríguez, que para entonces ya era un adulto, y llevar sus vivencias a libro.
El protagonista fue vendido por su padre con apenas seis años para cuidar de unas cabras en el bosque, sin modo de volver o encontrar el camino, para que no abandonara un trabajo impuesto. Allí encontró la felicidad, con unos amigos y un equilibrio que nunca disfrutó en su propio hogar o con las personas. Aprendió a sobrevivir observando lo que comían los animales, haciéndose amigo de varias especies y utilizando su ingenio para compensar lo que le faltaba de pieles y colmillos. Un relato oral, contado en primera persona, que gracias a Manilla no se ha perdido en el tiempo. He jugado con lobos, con extrema sensibilidad y ternura, nos traslada el día a día de un niño que no deja nunca de ser tal, a pesar de hacerse mayor, ya que no olvida lo que es el juego, en medio del trabajo y las labores necesarias para su supervivencia. El libro posee un lenguaje sencillo, y transmite unas emociones y sensaciones de tal pureza que embriagan al lector. Muy recomendable para niños, jóvenes o adultos. Actualmente Marcos vive en una pequeña aldea de Ourense y sigue afirmando: "Los animales son mejores que las personas”.
“A veces envidié a las crías del jabalí. El macho habría matado a cualquiera por defender a sus hijos. También los lobos. Si alguien hubiera hecho daño a los lobeznos, le habrían clavado los colmillos en el cuello. Y las águilas le habrían sacado los ojos con las garras. Y los ciervos. Y las cabras. Todos habrían defendido a sus crías. Y a pesar de esto, mi padre me vendió. Si ahora viera a mi padre y supiera que necesita algo de mí, me moriría por dárselo. Mi padre no me vendió para hacerme daño. Sólo porque era pobre”. He jugado con lobos
Marcos Rodríguez en la actualidad
El ser humano ha perdido contacto con la tierra y su propia parte animal, renegando de ella y autoafirmándose como una especie superior. En realidad, su dominio está muy lejos de dicha superioridad, ya que se basa en el sometimiento y abuso, en vez de una convivencia y simbiosis con el resto de seres vivos. Enfermando muchas veces, tanto física como emocionalmente, por faltarle todo aquello que el protagonista encontró en la naturaleza.
Quizás no haga falta perderse en el monte, pero sí replantearnos mucho de lo que damos por hecho al intentar encontrar la felicidad en posesiones materiales o en la aprobación de otros.
Como curiosidad comentar que se hizo una adaptación a cine del libro: Entre lobos, protagonizada por Juan José Ballesta. El director comentó en su momento "la imaginación, concluye, fue su arma de supervivencia en el monte". Y pone como ejemplo: "Marcos asegura que los animales le sonreían, pero eso es algo imposible”. Pero lo cierto es que Marcos aprendió a comunicarse y leer en la naturaleza de un modo que resulta imposible de entender para el cineasta, y probablemente a cualquiera que se haya criado en el mundo "civilizado".