Mayo 2016
DEMOLICIÓN
Demolición cuenta la historia de Davis (Jake Gyllenhaal), que pierde a su mujer en un accidente, esto le afectará de tal manera que empezará a desarrollar un trastorno que le incita a desmontar y destrozar cosas de forma compulsiva.
El filme nos presenta una tragedia con puntos cómicos, sobre un personaje que en vez de conectar con la pena y la tristeza se bloquea emocionalmente y en consecuencia se obsesiona con abrir cosas para ver cómo funcionan por dentro, sin darse cuenta que en realidad está intentando encontrarse a sí mismo y conectar con sus sentimientos. Hay quien dice que el simple acto de poner orden en nuestro hogar ya sirve como limpieza del subconsciente.
Dentro de las rarezas y locuras en el fondo se trata de una historia de superación personal, de cómo seguir adelante. Tiene elementos típicos de este género como la mujer sensible (Naomi Watts), con un hijo brillante e incomprendido, que quiere acercarse a Davis, y en cierta forma ambos serán su nueva familia.
La película resulta un ejercicio de reflexión e introspección, del que disfrutarán aquellos que busquen un alivio de productos comerciales repletos de efectos especiales y ritmo adrenalítico. El estar protagonizada por Jake Gyllenhaal (Donnie Darko, Nigthcrawler) ayuda a que el personaje resulte creíble, y es que este actor tiene ya bastante experiencia en interpretar a tipos complejos y poliédricos a nivel emocional, con brillante resultado.
El director, Jean-Marce Vallée, ya hizo un excelente trabajo con Dallas Buyers Club, que guarda muchos puntos en común con Demolición: una historia de crecimiento donde uno va afrontando la vida mientras encuentra personas peculiares y únicas, cada uno con su propia odisea mientras comparten viaje con el protagonista que es un Ulises moderno a la deriva de sí mismo.