Noviembre 2016

El editor de libros está basado en una historia real, concretamente en la figura de Max Perkins,  que trabajó con autores de la talla de Fitzgerald, Hemingway y Thomas Wolfe. De hecho fue gracias a él que las obras de estos grandes autores llegaron a ser publicadas. Mientras otros rechazaron sus trabajos, Perkins supo ver el talento que poseían todos estos escritores. La película refleja a la perfección cómo Perkins cambió el concepto del editor, no se limitaba a correcciones de gramática u ortografía, sino que aportaba una enorme creatividad. Y no intervenía solamente cuando el libro estaba acabado, sino cuando el autor aún estaba en pleno proceso de dar a luz su manuscrito.

 

En los papeles protagonistas encontramos a dos británicos muy reconocidos por su talento, Colin Firth y Jude Law, como Perkins y Wolfe. Además de realizar un magnífico trabajo en su interpretación demuestran una gran química, y eso es de vital importancia ya que todo el filme gira en torno a la relación de amistad y colaboración que tuvieron editor y escritor. Éste es el primer trabajo como director en la gran pantalla de Michael Grandage (reconocido director de teatro y premiado numerosas veces en Inglaterra), y a pesar de ello demuestra un gran control del ritmo, ambientación, fotografía y planos.  Grandage consigue transmitir el compromiso y dedicación de Perkins tanto a la literatura misma como a los autores que ayudaba.