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Septiembre 2016

EL ESPEJO DE LOS OTROS

Un lugar exclusivo, un restaurante que todas las noches ofrece sus servicios, pero únicamente una mesa cada vez, para aquellos que quieren tratar sus asuntos en privacidad. Pero al igual que en “la última cena”, lo que llevar al lugar a sus comensales son traiciones, envidias, amores y secretos varios que serán revelados durante los platos. El director Marcos Carnevale es también guionista en esta ocasión, como lo fuera en sus otros trabajos por los que es más conocido como Corazón de León Elsa y Fred.

El filme, como la mayoría del cine argentino, se sustenta sobre todo en esplendidos actores y unos diálogos que hipnotizan y cautivan al espectador, pendiente de cada detalle. La trama está compuesta por historias cortas sobre las diferentes personas que van visitando el lugar, familias, amantes, parejas…y el hilo conductor de todos ellos son los dueños del restaurante que les espían para su divertimento, pero que a la vez viven su propio drama y son tan víctimas de sí mismos y de su naturaleza como aquellos a los que observan. El espacio también hace las veces de protagonista, en pocos planos pero de gran belleza, donde la cámara se aleja de la mesa y los clientes, y así poder observar en diferentes perspectivas la catedral derruida en la que se emplaza el singular restaurante.

El tono de la película es casi todo el tiempo de drama, teñido de nostalgia, un poco de ternura y cierto humor negro, no apto para aquellos demasiado sensibles pero sí para los que busquen una buena historia, o historias mejor dicho en este caso. Una ventaja de este recurso tan utilizado en el cine, dividir en varias historias, es que resulta más fácil mantener la atención del espectador, tan ávido como los propios voyeurs que son los dueños de descubrir qué nueva tragedia oculta el comensal de la siguiente noche.

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