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Octubre 2017

EL PRÍNCIPE DE LA NOCHE

Esta obra es el homenaje definitivo a los amantes del horror clásico, del vampiro original que representa la atracción por el mal, el deseo de lo prohibido. Recoge perfectamente la esencia de las películas de la Hammer (productora inglesa que dedicó numerosos filmes a la figura del conde Drácula, interpretado por Christopher Lee). La historia trata sobre una familia que, cada generación, transmite el legado al siguiente primogénito de perseguir al “maestro”, un no muerto que viaja por el mundo haciéndose pasar por un virtuoso músico. De esta manera disfrutamos del arte del dibujante Yves Swolfs, trasladándonos a Praga en 1852, al París de los años 30, o Venecia en la época de la peste negra. Swolfs es un detallista que nos deslumbra con increíbles panorámicas de edificios, castillos, bosques, mansiones y cementerios. Se nota la extensa documentación de la que ha hecho uso, para recrear los entornos en los que se mueven los personajes.

 

Todo su dibujo hace gala de un alto nivel de detalle que lo convierte en un placer para la vista. Su estilo es el del tebeo franco-belga de los años 70 y 80, caracterizado por viñetas y textos muy ordenados y fáciles de seguir. Al mismo tiempo hace gala de una gran complejidad, al usar diferentes planos y perspectivas, al arrancar la acción, iniciar el siguiente capítulo o bien presentar un personaje, dignos del mejor director de cine.

El Príncipe de la Noche es una colección que se inició en 1994 y acabó en 2001. Se puede encontrar la obra completa en un recopilatorio de tapa dura que publicó la editorial Glenat.

"Eres el reflejo del animal que todos llevamos dentro, pero que la civilización enjaula por temor a su potencial. Esa reclusión ha vuelto perverso al animal. Es incapaz de amar, rabioso, sediento de la sangre de los demás".  El Príncipe de la Noche

Swolfs (conocido sobre todo por su obra: Durango) es también aquí guionista, presentándonos una aventura de terror a la antigua usanza, con una historia sólida y atrayente, tan cautivadora como el propio “maestro”. Alguien de numerosos talentos, de gran atractivo y carisma, que pervierte todo lo que toca bajo su hechizo. Así, nos devuelve a lo que realmente encarna el vampiro, cuya mayor ansia no es tanto la sangre, sino que sus víctimas se entreguen voluntariamente, suplicando ofrecerse a él, para unirse a una vida de placeres y deseos inconfesables.

Ésta obra es una joya, un trabajo sobresaliente e imprescindible para cualquier amante del cómic.

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