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Mayo 2016

GREEN ROOM

Una banda de punk rock es contratada para tocar en un club desconocido, situado en un paraje perdido. Lo que debería haber sido solamente un concierto en un local de tercera categoría, se convierte en una pesadilla, donde los componentes del grupo deberán luchar por su supervivencia.

Green Room es un intimidante thriller lleno de energía, con una violencia realista, cruda y salvaje, salpicado de escenas de gore y personajes que van desde lo tenebroso a lo repulsivo.  Empieza con tranquilidad y va cogiendo ritmo poco a poco, y acelera cada vez más, alcanzado su crescendo según avanza el filme. El estilo de rodaje, cámara y fotografía es sucio, tenebroso y realista, el director Jeremy Saulnier es un experto en transmitir mal rollo y tensión, como ya demostró en Blue Ruin de 2013 (al igual que Green Room escrita y dirigida por él mismo). 

En el reparto destaca Patrick Stewart, veterano actor inglés que nunca decepciona, como el villano, un predador maquiavélico y calculador, líder de un grupo de skinheads  que, con perfectos modales, sin levantar apenas la voz, logra aterrorizar más que sus secuaces musculosos y tatuados.

También otras caras conocidas como Anton Yelchin (Star Trek: en la oscuridad) o Imogen Poots (28 Semanas después). Pero todo el reparto trabaja magníficamente, logrando transmitir angustia en un ambiente claustrofóbico. La mayor parte de la acción transcurre dentro del local donde el grupo tendrá que sobrevivir al asedio de la banda liderada por Patrick Stewart. 

En definitiva: un survival, dirigido con buena mano, lleno de momentos que cortan la respiración y muy recomendable para los amantes de las emociones fuertes.

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