Octubre 2020

Ésta es la secuela de un filme de los años 90, que marcó una generación. Su éxito se debió a ser capaz de conectar dos temas como la pubertad y lo sobrenatural: un grupo de chicas descubrían su poder de brujas, unidas en una especie de aquelarre adolescente. Jóvenes y brujas (The Craft: Legacy) de 2020 se ha desarrollado a través de Blumhouse, una productora responsable de innumerables filmes dedicados al género de terror. La mayoría de una calidad aceptable y algunos con bastante tirón como Sinister o La Purga.

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Desafortunadamente, la nueva entrega resulta simplemente entretenida, tirando a mediocre. En principio parece que sigue con la misma trama argumental que su predecesora, pero solo en su arranque: una alumna recién llegada descubrirá, con sus nuevas amigas, un mundo de magia y hechizos. Cuenta con buen plantel actoral, que logra dar credibilidad a sus personajes, pero las protagonistas carecen por completo de la química y la presencia que tenía el aquelarre del 96. Además, la original lograba recrear mejor ese ambiente de instituto, contaba con una mejor producción y guion. La secuela tiene una dirección característica de Blumhouse, que hace perder ese encanto adolescente de aventura y descubrimiento.