Marzo 2017

Ésta es la última parte y el cierre de la trilogía de Lobezno. Antaño un héroe y ahora cansado del mundo, vive apartado cuidando del profesor Xavier. Como una especie de paria, que se resiste a su propia naturaleza, evitando conflicto porque está demasiado harto de todo. Es un homenaje al western, de exquisita confección, que podría llegar a gustar incluso a los profanos en películas de superhéroes. De hecho, encontramos bastantes paralelismos con el clásico de John Wayne, Valor de Ley (con magnífico remake protagonizado por Jeff Bridges). El que fuera uno de los mutantes más peligrosos de la Patrulla X se nos presenta como un hombre mayor, un león viejo que no encuentra razón ni ganas para volver a sacar las garras, que pasa su día entre alcohol y amargura.

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No sólo cuenta con numerosas peleas, que resultan impresionantes tanto por su coreografía como por su crudeza, además la trama y diálogos logran captar la atención del espectador y que empatice con los personajes. Lobezno siempre fue uno de los personajes más complejos y carismáticos de Marvel Comics, pero desafortunadamente, los dos primeros filmes que se hicieron de él en solitario resultaron más bien fallidos: Orígenes fue un completo fracaso a todos los niveles,  Inmortal se mostró simplemente decente. Ahora con Logan, por fin se ha hecho justicia a este personaje, sitúandola como una de las mejores películas de la saga de los X Men.