Agosto 2016
LOS CABALLEROS BLANCOS
Jacques Arnault, presidente de la ONG 'Move for kids', planea una gran operación: él y su equipo piensan sacar del Chad a 300 huérfanos, víctimas de la guerra civil, y entregarlos a parejas francesas para su adopción. Pero las dificultades provocan que los miembros de la ONG empiecen a desmoralizarse y a preguntarse cuáles son los límites de una intervención humanitaria.
El director belga Joachim Lafosse ha tratado, numerosas veces, temas muy humanos sobre personas enfrentadas a situaciones complicadas y Los caballeros blancos no es muy diferente. Ha sido su proyecto más complejo de rodar: su primera película coral con 50 actores y más de un centenar de figurantes, con decorados y desplazamientos de cámara muy complejos comparados con el resto de su filmografía. Pero a pesar de ello no es una cinta de aventuras, Lafosse sigue adentrándose en el alma humana que es el verdadero motor de este filme. Con maestría y vagamente basado en hechos reales, logra plantear numerosas preguntas incómodas al espectador, en un tono de documental se va tratando la ambigüedad del occidental que pretende salvar al mundo “me apasiona el tema del infierno lleno de buenas intenciones. En estas películas, los protagonistas convierten en ley la idea de que hacen el bien y la aplican a los demás sin preocuparse de las consecuencias”.
Pero aquí no hay malos ni buenos, el espectador no se salva por estar al otro lado de la pantalla ni puede juzgar a la ligera, sino que se siente identificado con las difíciles decisiones que toman los protagonistas. Es una película que absorbe por completo, que cumple con lo que suele ser la principal meta de un director de cine: descolocar y hacer reflexionar, replantear todo lo que se daba por hecho y sacarle a uno de su zona de confort.
El protagonista, interpretado por Vincent Lindon, es un líder ambiguo, ya que miente y manipula a los jefes de las tribus, haciéndoles creer que los niños huérfanos son llevados para ser escolarizados, cuando en realidad serán llevados a Francia para una vida mejor. Lafosse explica: “no es un hombre interesado, es generoso, y si se ha dejado llevar por una acción moralmente inaceptable, ha sido de forma inconsciente. Para él, -salvar a los niños- basta para justificar las mentiras”.
Los caballeros blancos se inspira en el caso del Arca de Noé, un grupo de humanitarios empeñados en que unas familias francesas adoptaran a "huérfanos". Al igual que en Elève libre y Perder la razón, vuelve a tratar de una manipulación realizada en nombre del bien. En definitiva: una película excelente, una joya totalmente fuera del cine comercial y de visionado imprescindible para cualquier amante del séptimo arte.