El Cultural
Primigenio
Julio 2022
LUNANA, UN YAK EN LA ESCUELA
Un joven maestro sueña con emigrar a Australia para convertirse en cantante. En cambio, es asignado a una escuela en el pueblo más remoto del norte de Bután, donde inesperadamente forma un fuerte vínculo con la gente del lugar. Para su director, Pawo Choyning Dorji, el protagonista “se da cuenta que aquello que buscamos tan desesperadamente en el mundo material, ya existe entre nosotros, y que la felicidad no se haya en el destino final sino en el viaje en sí mismo”.
Es en su simplicidad donde radica la belleza del filme, que tuvo que ser realizado dependiendo de baterías solares, ya que el pueblo donde se rodó está tan aislado que no llega la electricidad, ni hay conexión a Internet. Para acceder a Lunana es necesario un viaje a pie de 8 días, en una de las montañas más altas del mundo. A pesar de la dificultad que suponía trabajar en estas condiciones, Choyning Dorji quería rodar específicamente en aquel sitio, inspirado por la pureza de sus tierras y las personas que allí habitan. Los temas principales que trata, como la búsqueda de la felicidad o el sentimiento de pertenecer a algo son universales, pero están representados en una parte única del mundo, “quería mostrar que incluso en un lugar tan diferente, los sueños y esperanzas que conectan la humanidad son los mismos”.
El protagonista tendrá que enfrentarse a retos como enseñar en un sitio donde gastar papel es un lujo, o sin contar con una pizarra siquiera. Pero poco a poco, los hermosos parajes y sus habitantes logran ganarse su corazón, y de esa misma manera lo consigue con el espectador. De hecho, uno de los personajes principales más carismáticos está interpretado por uno de los habitantes de Lunana, Pem Zam, una niña de 9 años que nunca ha abandonado el valle. La película butanesa está nominada este año al Oscar a la Mejor Película Internacional, la segunda en conseguirlo en la historia del país, tiene previsto su estreno en España el 22 de julio.
