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Noviembre 2016

JACK REACHER: NUNCA VUELVAS ATRÁS

Jack Reacher es una mezcla del protagonista de Autopista hacia el cielo y James Bond. Un vagabundo ex militar que va solucionando injusticias mientras deambula por Estados Unidos. Nació de una novela de Lee Child, un escritor especializado en thriller, y su mayor atractivo es que no tiene una continuidad excesiva que requiera conocer todos sus libros, con lo cual es posible disfrutar la lectura de cualquiera de ellos al azar. Las adaptaciones a cine recogen esa esencia, con lo cual no es necesario ver la primera parte estrenada en 2012 para poder entender la secuela Nunca vuelvas atrás que se estrena el 11 de noviembre.

 

Desafortunadamente esta nueva entrega es inferior en personajes y escenas respecto a la primera que, dentro de las típicas fantasmadas del género, sorprendía por unos villanos perturbadores y una tensión que se mascaba durante todo el metraje. Nunca vuelvas atrás posee todos los elementos para entretener al público: conspiraciones, acción, persecuciones y el reparto está formado por actores competentes, pero en este caso les toca interpretar arquetipos tan predecibles como típicos. Personajes solitarios que acaban formando equipo en un filme que parece más enfocado para visionarlo en familia, ya que, a pesar de la violencia, abandona el tono sombrío y sórdido que poseía la primera entrega.

El protagonista, encarnado por Tom Cruise, es el prototipo de macho alfa, decidido, seguro de sí mismo, seductor, pero con la faceta militar que le aporta un toque ordenado en sus acciones, incluso dentro de su rebeldía frente a un sistema que desafía cuando éste falla, y decide tomarse la ley por su mano. Un modelo  ya asociado a Cruise, tras encarnar múltiples veces a Ethan Hunt, en todas las entregas de Misión Imposible.

En definitiva: un filme de acción que cumple sin sobresalir, tan disfrutable como olvidable para aquellos que busquen un rato de escape y desconexión.

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