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Diciembre 2017

SNIPER ELITE

 análisis de la saga

Éste es un shooter táctico, lo cual quiere decir que no podemos entrar y disparar a lo loco, como si fuéramos infantería. Si Call of Duty se popularizó por una visión más realista de lo habitual en los juegos de guerra, Sniper Elite (PC, Xbox, Playstation 2 y Wii) lo hacía desde la perspectiva de un francotirador en Berlín, durante la Segunda Guerra Mundial.

Fue lanzado en 2005 por la compañía británica Rebellion Developments (que también se encargaría de las siguientes entregas), y supuso una delicia para los amantes de las armas. Había que tener en cuenta el ritmo cardíaco, aguantar la respiración, la desviación de la bala por el viento…Un montón de detalles que hacían mucho más creíble la sensación de ser un francotirador. Se premiaba la astucia y el sigilo, debíamos arrastrarnos e ir seleccionando objetivos utilizando nuestra principal ventaja: la distancia. También teníamos otras armas como metralleta o pistola, pero eran para usar como último recurso al vernos frente o a frente, o bien al inspeccionar un edificio. La munición era escasa y podían eliminarnos fácilmente si entrábamos en el cuerpo a cuerpo. 

Además, cuando disparábamos con la mira telescópica, podíamos ver a cámara lenta el recorrido de la bala hasta impactar en el enemigo, uno de los principales alicientes del juego.

Donde realmente alcanzó todo su potencial fue en 2012, con el Sniper Elite v2 (Microsoft Windows, PlayStation 3, Xbox 360, Wii U), de nuevo nos movíamos por Berlín. Aquí se solucionó uno de los fallos de la primera parte: la sensación de estar atrapados en el mismo escenario, al moverse constantemente entre edificios destruidos y cascotes. En esta segunda entrega la mejora de gráficos incorporaba un nivel de detalle que rompía esa monotonía. Los enemigos podían localizarnos por el sonido de nuestro rifle y triangular nuestra posición. Teníamos que esperar a que el ruido de las bombas o máquinas a nuestro alrededor camuflara nuestros disparos. El seguimiento de la trayectoria de la bala era más impresionante que nunca, incorporando una visión de rayos X que permitía ver el destrozo en huesos y órganos internos

Esto añadía un alto nivel de adicción, junto con el factor táctico, de ir superándose a sí mismo, inspeccionando el terreno para eliminar a todos los enemigos, de la forma más lejana, silenciosa y certera posible. También había variedad en las misiones: sabotear instalaciones, conseguir informes de los espías o destruir maquinaria nazi. En conjunto fue un juego notable y muy recomendable para los amantes de lo militar, que quieran algo más elaborado que el típico shooter de acción frenética.

En 2014, se lanzó Sniper Elite III (Xbox One, PlayStation 4, Microsoft Windows, PlayStation 3 y Xbox 360), de nuevo impidiendo los planes de los nazis pero esta vez en África. El sistema de juego era exactamente el mismo, y realmente no aportaba nada nuevo. Como ha pasado con sagas como Bioshock o Gears of War vemos un patrón que se regurgita hasta la saciedad. Otro punto en contra es que los escenarios (casi todo desierto y rocas) no encantaban la vista precisamente, y nos devolvían a esa monotonía mencionada de la primera parte.

A principios de 2017 llegó la cuarta entrega, que se sitúa en Italia. La principal diferencia es la mejora de la ambientación: una estupenda recreación de paisajes y del interior de los edificios. Se nota el salto a la última generación de consolas (Playstation 4 y Xbox One) con una considerable mejora de gráficos. Sigue divirtiendo, pero cada vez menos al repetir la misma fórmula.

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