Febrero 2017
T2 TRAINSPOTTING
En 1996 Danny Boyle, un director desconocido, marcaba un hito en la historia del cine con Trainspotting, una tragicomedia sobre la vida de una pandilla de amigos, compuesta por ladrones, yonkis o psicópatas. Lo que sería la versión escocesa de El Pico, pero con muchos más tintes cómicos. Si el principal gancho del cine es aportar unos actores, lenguaje visual y banda sonora a las historias de escritores y guionistas, Boyle se ha mostrado como un genio en este campo. Posee una capacidad apabullante de dejar en shock al espectador, asquearle, hacerle reír y rellenar todos los pliegues de su cerebro con una perfecta combinación de lenguaje cinematográfico. Sin duda era el director idóneo para adaptar un libro de Irvine Welsh (autor de la novela), y trasladar a la pantalla sus personajes. Unos seres sucios, rastreros e hipnóticos a pesar de resultarnos antipáticos.
Ahora, 20 años después, llega la secuela. La primera dejó con ganas de más, de saber qué sería de todos esos personajes más allá de los títulos finales de crédito. Y, sin duda, esta secuela no decepciona, con el reparto original y el mismo director, el filme cumple con las expectativas de los fans.
Más allá de ser un revival de nostalgias pasadas, resulta una forma de cerrar el círculo, de comprender mejor el pasado y la relación de un grupo de colegas, que han alcanzado su madurez pero que, en palabras textuales de uno de ellos “eres un turista de tu juventud”. Se estrena en España el 24 de febrero.
Boyle (al igual que los protagonistas: Sick boy, Begbie, Spud o Renton), no ha cambiado mucho en todo este tiempo, y debajo de las canas sigue existiendo ese artista capaz de unir planos, música, fotografía y diálogos con un sabor propio que le diferencia enormemente del resto de directores. Se caracteriza por una complejidad que requiere que sus filmes sean visionados varias veces, (28 días después, Slumdog Millionaire) para captar nuevos matices que nos pasaron desapercibidos la primera vez. T2 Transpotting es un eco del pasado, teñido de nostalgia, acción y risas.