El Cultural
Primigenio
Noviembre 2018
LA NOCHE DE HALLOWEEN (2018)
En 1978 John Carpenter creó para la gran pantalla a Michael Myers, y se convertiría en un personaje emblemático del terror como Freddy Krueger o Jason Voorhees. Ahora, 40 años después de aquel estreno, llega la secuela que conecta directamente con la original, ignorando otras versiones posteriores que fueron surgiendo.
Michael ha pasado los últimos 40 años encerrado en un psiquiátrico. Mientras, la única víctima que sobrevivió a su matanza, Laurie (encarnada por Jamie Lee Curtis) se ha estado preparando para acabar con él. Como es de esperar, el temido asesino escapa durante un traslado y empieza un mortal duelo.
Posiblemente, ésta sea la película más digna que se haya realizado respecto a la primera, ya que recrea perfectamente la esencia del personaje. Michael es un hombre del saco que resulta bastante realista, un asesino en serie pero con cierto toque sobrenatural. Resulta tan imparable y silencioso como Jason, pero a la vez sádico como Freddy. No es una máquina de matar descerebrada, sino que le gusta jugar con sus presas atormentándolas, acechando y saboreando el miedo.
Es sorprendente saber que su director, David Gordon Green, no tiene prácticamente experiencia en este tipo de filmes, sobre todo viendo el magnífico trabajo que ha realizado con La noche de Halloween (2018). La mayor parte de su carrera se ha basado en dramas y comedias. Gordon consigue, al igual que hizo Carpenter, provocar escalofríos en las escenas tanto de día como de noche. Y es que una de las claves de la cinta del 78, fue que el “monstruo” podía resultar tan espeluznante a plena luz como moviéndose en la oscuridad.
Otros detalles que añaden más fidelidad, para el deleite de los fans, es que los actores que interpretan a Michael y Laurie son los originales del 78. El propio Carpenter participa como productor ejecutivo, y realizando la banda sonora junto a su hijo Cody Carpenter.
La noche de Halloween (2018) no es un filme brillante pero sí notable, aportando una calidad poco habitual en el género, muy recomendable para los fans del slasher.